A veces, el desorden no es solo desorden.Es una carta que tu casa te escribe todos los días y que, si te animás a leer, puede contarte mucho sobre vos misma.
Tu Casa como espejo
El estado de tu casa refleja, muchas veces, tu estado interno.¿Te sentís saturada? ¿Inquieta? ¿Con ganas de soltar cosas que ya no te representan? El entorno traduce esas emociones de manera silenciosa, pero constante.
Cada rincón tiene algo para decir
El placard abarrotado quizás habla de miedo a soltar.
La cocina caótica puede reflejar falta de tiempo para nutrirte.
Un escritorio desbordado, una mente sobrecargada.
No es para culparte, sino para escucharte.
El primer paso: observar sin juicio
No se trata de criticarte ni de angustiarte.Se trata de ver con otros ojos: ¿qué parte de tu vida pide hoy un poquito de espacio? ¿Qué te gustaría que fluya mejor?
Ordenar es atenderte
Cuando decidís ordenar un rincón, no solo movés objetos: Movés emociones, creencias y energías estancadas. Le decís a tu mente "merecemos claridad".Le recordás a tu corazón "merecemos calma".
Pequeñas acciones, grandes cambios
No hace falta ordenar toda la casa en un día.Un cajón. Un estante. Un bolso olvidado.Cada pequeño paso es una declaración de amor propio. Como digo siempre Pequeños pasos Grandes logros!
Tu casa no te juzga. A través de tu energía te muestra como estas.
Y vos tenés el poder de responderte con ternura, con atención, y con pequeños grandes actos de cuidado. (orden exterior = orden interior)
Si sentís que querés empezar pero no sabés cómo, en mi web encontrás recursos pensados para acompañarte en ese camino.
Abrazo Organizado
Hasta el próximo artículo
Vivi Papa