Hay momentos en los que necesitamos alivio inmediato. Una tarde de ordenar rápido: doblar la ropa, despejar la mesa, juntar lo que estaba desparramado. Ese orden nos da aire, nos calma, nos permite seguir. Y está perfecto: es válido, necesario, y muchas veces la única energía que tenemos disponible en el día.
Pero el orden rápido no dura. A la semana siguiente (o incluso al día siguiente), muchas veces todo vuelve al mismo lugar: el cajón que no cierra, la pila de ropa caída, los papeles mezclados. Porque ese orden no cambió el fondo, solo acomodó la superficie.
Ahí es donde entra el orden profundo. Ese que no se logra en una tarde, porque no se trata de mover cosas de un lado al otro, sino de tomar decisiones. El orden profundo implica revisar qué guardamos, qué ya no tiene sentido, qué nos pesa. Es preguntarnos “¿esto todavía tiene lugar en mi vida?”. Y a partir de esas respuestas, construir un sistema que nos sostenga más allá del impulso del momento.
Yo lo llamo sistema de orden. Porque un sistema no depende de cuánto tiempo tengas, ni si estás de humor o no. Un sistema te acompaña y hace que el orden se sostenga casi solo. Es como una estructura invisible: cuando está bien armado, no necesitás volver a empezar cada dos semanas, porque ya sabés dónde va cada cosa y qué lugar ocupa en tu vida.
El orden rápido es como un respiro. El profundo es un nuevo aire. Uno calma el momento; el otro cambia la vida. Por eso siempre hago hincapié en la diferencia entre ser ordenado y ser organizado.
No se trata de elegir entre uno y otro, sino de entender qué necesitás hoy. Si estás desbordada, el orden rápido es un alivio inmediato. Pero si buscás que el orden no se desarme, tarde o temprano vas a necesitar dar el paso al orden profundo. Porque es el único que transforma, el único que te devuelve estabilidad y calma de verdad.
Y cuando lográs sostener un sistema de orden, descubrís que ya no se trata de estar acomodando siempre lo mismo, sino de vivir más liviana. De poder elegir en qué gastás tu energía. De dejar de pelear con las cosas y empezar a disfrutarlas.
Entonces ¿ Que orden vas a elegir para tu vida?
Abrazo organizado
VP® Vivi Papa