Cuando ordenar no es suficiente... ¿Reiterativo? ¿ Me escuchas decirlo seguido?, pues si mi querida!, asi es ...
Hay casas que parecen de revista. Todo en su lugar, superficies despejadas, cada objeto cuidadosamente alineado. Y sin embargo, la persona que vive ahí me dice: “No me siento en paz”.
¿Por qué pasa? Porque el orden visible no siempre resuelve el desorden interno. A veces acomodamos para que se vea lindo, pero por dentro seguimos sosteniendo cosas que no tienen sentido, rutinas que no nos nutren o elecciones que nos pesan.
Ejemplos reales
Una clienta con placares impecables, pero llenos de ropa que ya no usaba. El problema no era la falta de perchas, era la dificultad para soltar una versión de sí misma que ya había cambiado.
Otra, con la cocina brillante, pero con cajones atestados de utensilios que nunca elegía. Cocinaba con los mismos tres de siempre, pero no se animaba a sacar lo demás “por si algún día…”.
Y también están los casos donde la casa está perfecta para los demás, pero nada refleja los verdaderos gustos o necesidades de quien la habita.
Lo que hay detrás
El orden puede ser maquillaje si no está acompañado de intención. No alcanza con apilar, esconder o doblar bonito. Necesitamos preguntarnos:
¿Qué lugar ocupa esto en mi vida hoy?
¿Qué quiero que me sostenga de verdad en mi casa?
¿Para quién estoy guardando todo esto?
El paso siguiente
Ordenar ayuda, claro. Es un primer movimiento que libera. Pero el cambio profundo llega cuando lo combinamos con conciencia: soltar lo que pesa, reorganizar lo que importa y elegir con intención.
Si sentís que el orden externo ya no alcanza y querés dar el paso hacia un cambio más profundo, mis espacios de acompañamiento están hechos para vos:
Puertas Adentro, la mentoría 1 a 1.
La Certificación en Organización de Espacios, para quienes quieren formarse y acompañar a otros.
Porque no se trata solo de ordenar cajones. Se trata de ordenar la vida que queremos habitar.
Abrazo organziado
VP.Vivi Papa