¿Estás ordenando para sentirte mejor o para evitar sentir?
Ordenar tiene algo mágico. Nos da una sensación de control, de limpieza, de frescura.
Pero… ¿qué pasa cuando lo usamos como refugio para no mirar hacia adentro?
A veces no se trata solo de acomodar cajones o limpiar la cocina.
A veces estamos ordenando compulsivamente para no pensar en eso que nos incomoda.
Para no sentir tristeza, frustración, soledad.
Les pasa a muchas. No estas sola!
Se suelen refugiar en limpiar cuando estan angustiadas, a ordenar papeles cuando hay decisiones difíciles que no cuesta o no queremos enfrentar.
Y aunque puede ser un recurso válido, hay una línea muy fina entre ordenar para sanar… y ordenar para evadir.
El verdadero orden empieza cuando no escapás de lo que sentís, sino que lo atravesás.
Cuando el espacio refleja una calma que ya existe dentro tuyo, aunque sea imperfecta.
A veces, lo más valiente no es ordenar una habitación, sino quedarte en silencio y preguntarte qué estás necesitando de verdad.
No todo lo que se ve prolijo está en paz.
Y no todo lo que está en paz necesita estar perfecto.
Si este mensaje te tocó alguna fibra, si sentís que estás en piloto automático, pero querés parar y mirar…
Quizás sea momento de ordenar desde otro lugar.
Estoy del otro lado si necesitás una mirada que te acompañe.
Vivi Papa – VP Organizadora Profesional®