El rincón que "habla" más de vos

No siempre es el placard ni la cocina: a veces un rincón olvidado refleja más de nosotras que toda la casa. Reconocerlo es el primer paso para soltar.

El rincón que

Todas tenemos un rincón que dejamos para después. Ese lugar que parece mínimo, pero que cada vez que lo vemos nos recuerda que ahí hay algo pendiente. Puede ser un estante olvidado, una caja en el piso o, muchas veces, un sector del placard que evitamos abrir.

La verdad es que esos rincones no “hablan”, pero representan algo. Nos muestran qué estamos postergando, qué nos cuesta soltar, qué ya no elegimos pero seguimos sosteniendo. No hacen ruido, pero se sienten. Se sienten cuando pasamos de largo, cuando esquivamos la mirada, cuando inventamos excusas para no enfrentarlos.

Hace poco una clienta me contaba que cada vez que abría su placard, había un sector que le pesaba más que todo el resto. No eran las perchas desordenadas ni la ropa mezclada. Era esa pila de cosas que no se animaba a revisar. Me dijo: “Es como si me recordara lo que no quiero ver”.

El orden no siempre se trata de lo grande. A veces lo que más alivia es animarnos a mirar ese rincón chiquito que evitamos. Porque ahí está el verdadero pendiente: no en los objetos, sino en lo que significan para nosotras.

Cuando por fin decidimos abrir ese espacio, lo que se acomoda no es solo lo que guardamos ahí. También se acomoda algo adentro. Porque enfrentarnos a lo que postergamos nos devuelve calma, nos da claridad y nos recuerda que tenemos la capacidad de elegir.

El próximo rincón que te devuelva esa sensación de peso, no lo esquives. Miralo de frente. Quizás lo que necesite no sea tiempo ni contenedores nuevos, sino tu decisión de soltar. Y cuando lo hagas, vas a ver que el alivio no está en el placard… está en vos.

VP® Vivi Papa


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